Mi graduación

Cuando entras a la universidad ves este día lejano, casi inalcanzable. Y como en todo, queremos llegar a él, apurarlo todo, conseguirlo ahorita ... y ahora que lo he conseguido quisiera retroceder y volver a mi primer día de universidad.

Supongo que esa sensación no es más que un miedo al cambio, por que todo cambio por pequeño que sea (y este es enorme) produce angustia, preocupación ... y eso es algo muy normal, y que como dice mi profesora de psiquiatría "necesitamos pequeños cambios, pequeñas fases de estress para que nuestro organismo permanezca activo".

Haber hablado con Mamy Mayte hoy, me ha abierto los ojos, me ha tranquilizado y me ha echo entender que la palabra cambio no es sinónimo de horrible, nefasto ... sino de distinto, aventurero ... y que incluso puede ser bueno.

Llevo unas semanas absolutamente meláncolica y derrotada, sin ganas de pensar en la palabra futuro y todas sus consecuencias.
Pero lo cierto es que el viernes la única sensación que tube fue un profundo ORGULLO por haber conseguido aquello que el primer día que me posé en la residencia me había propuesto.
Sé perfectamente que me queda el mes más duro por el que hasta ahora nunca había pasado, que esto no es más que una mera formalidad, que no está todo conseguido, pero si hasta ahora luché durante 6 años por ello, no pienso estropearlo en un mes.

Mil gracias papi, mami, Lore, Elsa ... por haber estado en este día tan especial para mi a mi lado, y haber compartido conmigo esa sensación de orgullo por haber alcanzado lo anhelado.

Ahorita sólo queda un último empujón. Allá vamos!!!