martes, 28 de diciembre de 2010

Volviendo a los 15 años


Sabéis esa sensación de robar un primer beso, uno de esos inocentes.
Cerrar los ojos, que sus labios se encuentren con los tuyos y sentir que te salen hormiguillas del estomago.
Temblar sin tener frío, que el corazón se ponga a mil, que tus manos se encuentren con las de ella con pequeñas caricias.
Que se te olvide el reloj, el lugar, y sólo te importe que sus ojos se crucen con los tuyos.
Una mirada fugaz con tu nariz sobre su nariz.
Sentirte como idiota, con una sonrisa en la boca perpetua, por habérselos robado a esa persona que te gustaba.

Nunca es tarde para volver a esos 15 años.

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